Un grupo de empleados de la compañía Guardians Control –contratada por la propiedad del hotel– se han personado esta mañana en las instalaciones para comenzar el desalojo de las personas que residían en su interior, algunos desde hace varios meses.
Según ha explicado a Europa Press el abogado de la empresa, Lázaro Lucio de Oliveira, los trabajadores han establecido controles de acceso en las entradas para evitar que las personas regresaran al interior del edificio, alegando que se trata de una propiedad privada en la que no tienen permiso para estar.










